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«Una moto con puertas», de Alonso Holguín F.J., para www.ruta608.com
Sobre la incongruencia de la seguridad…
La legislación obliga a revisar los artefactos mecánicos de ruedas de manera periódica. El primer trámite tiene lugar a los cuatro años desde la matriculación del mismo: Inspección Técnica de Vehículos. Luego, cada dos en el caso de las motocicletas, benditas máquinas para recorrer el planeta tierra, pagamos una pasta para que nos revisen diferentes elementos. A vosotros no sé, a mí me acojona bastante.
El otro día fui con mi lata a pasar el trámite. A día de hoy, aún sigo varado con el amortiguador interno de la rodilla izquierda reparado. Un caballero estaba realizando el trámite con una hermosa moto en colores negro y amarillo. Ni os cuento la envidia que se siente… bueno sí, os lo digo, ¡mucha envidia sana! Este año tengo que ir con mi montura a pasar su primera revisión.
Como primerizo tenía mis dudas. Ahora las instalaciones son muy cómodas: puedes tomar un café o refresco, leer y responder mensajes, sentarte tranquilamente o, como hizo un servidor, preguntar al ingeniero.
-¿Puedo hacer una pregunta fácil? Si no es molestia, caballero.
-Claro, señor, dígame.
El muchacho estaba tomando un café y disponía de la identificación de empleado de allí. Digo muchacho porque según mi DNI y la estimación de su edad, cuando él nació yo ya tenía un par de trienios trabajados.
-Las puertas de los coches ¿se pueden considerar elementos de seguridad?
-Claro. Gracias a ellas protegemos los brazos, el cuerpo y las piernas de impactos…
-Eso me interesa…
-…bueno, también hay vehículos equipados con barras protectoras que no son puertas, pero realizan la función de protegernos.
-¿Barras? -pregunté.
-Sí, señor. ¿Ha visto los coches que circulan por montañas o desiertos?
-¿Boogies? ¡Claro!
-Pues las barras son su protección para evitar aplastamiento del cuerpo o las piernas en caso de accidente.
Saqué mi teléfono del bolsillo. Sí, como casi todos tengo fotos de mi esposa, hijo… y de mi moto. Amplié la imagen y se la enseñé al amable ingeniero:
-Muy bonita.
-Gracias. Mire aquí -dije acercando la imagen-. Instalé un par de defensas sin aristas ni arietes ni perfiles cortantes. El propio concesionario se ocupó de colocar en esa posición antes de salir por la puerta hacia mi casa. Este año he de venir con ella…
-Ya, ya sé por dónde va. Tiene que retirarlas porque no está homologada la colocación de esas barras, caballero. Por desgracia es así.
Ambos sonreíamos. Se ve que él también sabe porqué los perros sacan la cabeza por la ventanilla del coche en marcha.
-¿Retirara las barras? -él enarcó las cejas- No son barras, sino puertas, caballero… un día tengo que hablar con el Presidente del Gobierno…
La clientela, el ingeniero, dos secretarias y un servidor echamos unas buenas risas… a cuenta de las puertas.
Artículo para colaboración en www.ruta608.com